Suena un poco fantástico hablar de vampiros emocionales, pero a veces la realidad supera a la ficción y, sin darnos cuenta, acabamos conviviendo con gente que en vez de alimentarse de nuestra sangre lo hace de nuestras emociones y energías, volviéndonos más negativos.
Podemos encontrarlos en el trabajo, en nuestra pareja o hasta en nuestra familia pero, ¿cómo detectarlos y combatirlos?
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¿Qué son los vampiros emocionales?
Los depredadores emocionales son considerados como los perfectos manipuladores emocionales. Personas que se acercan a otras para lograr sus objetivos hasta que las cargan de negatividad. Normalmente se comportan así de forma inconsciente, sin conocer otra forma de relacionarse ni pensar demasiado en sus actos. A veces es un mecanismo de defensa que se han creado ellos mismos.
Al principio parecen encantadores, por eso cuesta tanto reconocerlos. Te hacen confiar, los introduces en tu vida y, al final, te das cuenta de que has recibido menos de lo que esperas. Hay que tener en cuenta que no son malos por naturaleza, es su inmadurez lo que les lleva a actuar de esta forma.
Para ser sinceros, casi todos nos convertimos en vampiros emocionales en algún momento de nuestra vida, es algo que acaba por volverse contagioso. Es posible que hasta seamos a la vez víctima y verdugo. Por eso es tan importante tomar conciencia de nuestros propios actos y, si afectan a las personas que nos rodean, cambiarlos. Sigue leyendo porque te vamos a contar cómo combatir los vampiros emocionales de forma eficaz.
Tipos de vampiros emocionales
Hay varios tipos de vampiros emocionales, aunque todos actúan de la misma forma. Además, todos poseemos algunas de sus características, y muchos vampiros emocionales suelen ser una combinación de varios tipos.
Los vampiros pesimistas
Para ellos el mundo es de color gris, un lugar que no merece la pena. Da igual los argumentos que des, siempre tendrán algo que les hará mantenerse en su espiral de negatividad y ver el vaso medio vacío. Lo malo es que su pesimismo se contagia por lo que, si convives mucho con una persona de estas características, probablemente acabes por ver también el mundo de esta forma.
Los vampiros catastrofistas
Cualquier acción en su vida diaria, absolutamente todo, puede tener unas consecuencias catastróficas. Se pasan el día hablando de desgracias que han ocurrido o pueden llegar a ocurrir, aunque sea improbable que pasen. Para ellos, vivir es estar en un constante peligro. Al pasar mucho rato con alguien así, puede que tu también empieces a volverte paranoico.
Los vampiros quejicas
Se quejará si llueve mucho o llueve poco, si llevas mucho sin hablarle o si le hablas demasiado… Son personas que consideran sus problemas más importantes que los del resto, así que es imposible buscar apoyo en ellos. Te usarán para consolarse, pero no te escucharán a ti.
Los vampiros criticones
Te criticará si vas de azul, si vas de naranja o de negro, pero siempre “por tu bien”. En el fondo le gusta hacerte sentir inferior. No simplemente te criticará a ti, lo hará constantemente sobre todo lo que le rodee. No están conformes con nada. Ten cuidado con gente así, o quizás acabes por criticar tu también como hace éste tipo de depredador.
Los vampiros sarcásticos
Como suele decirse: “tira la piedra y esconde la mano”. Entre broma y broma escupirán todo el veneno, pero no puedes ofenderte porque “solo es una broma”. Golpean donde más duele con ciertos comentarios sarcásticos que buscan minar tu autoestima. Algunas de sus bromas pueden resultar graciosas, pero en cualquier momento acaban por pasar los límites del respeto y empiezan a ser crueles.
Los vampiros agresivos
Cualquier estímulo les hace reaccionar de forma desproporcionada y violenta. Relacionarse con ellos es agotador, como caminar por la cuerda floja, siempre midiendo tus acciones y palabras. Son adictos a la ira, y pueden llegar a hacerte mucho daño con su furia, son los depredadores natos.
Los vampiros indefensos
Al ser tan pasivos, puedes tardar de darte cuenta de que te enfrentas a un vampiro emocional. Es incapaz de valerse por si mismo, por lo que pide ayuda para todo. Por pena te pones a su disposición, pero llega un punto en el que sus problemas acaban por minar tus energías. Estará ahí cuando te necesite, pero no sabrás de su vida si le va bien.
Los vampiros pasivo-agresivo
Te dirán que están enfadados con una sonrisa y una calma que exaspera. Básicamente, te tratarán como si te perdonasen la vida a cada cosa errónea que haces. Aunque eso sí, ellos nunca harán nada que sea motivo de enfado.
Los vampiros narcisistas
Son el centro de su universo. Egocéntricos, vanidosos y necesitados de admiración. Si te consideran una amenaza, no tardarán en atacarte. Ellos son lo primero, y si no lo son habrá problemas.
Los vampiros chismosos
Arruinarán tu reputación a tus espaldas, difundiendo rumores maliciosos. Minar tu autoestima – y la de quienes escuchan sus rumores – les hace sentir bien.
Características de los vampiros emocionales; ¿Cómo funcionan?
Los vampiros emocionales se pueden acercar a ti en cualquier momento, pero en cuanto te absorban toda la energía y te llenen de negatividad pasarán a su siguiente víctima. No sienten remordimientos, ya que algo que les caracteriza es su falta de empatía y su egoísmo, sin ser capaces de meterse por un momento en la piel de los demás.
Para poder actuar, los vampiros necesitan dos factores a su favor: la cercanía y el tiempo. Es decir, necesitan establecer lazos emocionales para saber cómo manipular a su víctima y atacar sus puntos débiles. Cuanto más cercanos, más cuesta descubrirlos y más daño nos causan.
Aunque son el verdugo, pueden actuar en el rol de víctimas. Siempre buscarán una excusa para justificar sus actos, aunque te hayan humillado en público. Y, a pesar de todo, no podemos evitar quererlos a nuestro lado. Hasta cuando te das cuenta de que te encuentras ante un vampiro emocional, puedes llegar a pensar si la culpa es realmente de él o es tuya.
¿Cómo detectar a los vampiros emocionales?
Las emociones, aunque no lo parezca, se contagian. Si nos relacionamos diariamente con un vampiro emocional acabaremos por notar que no solo somos más negativos, sino que estamos más gastados física y emocionalmente. ¿Estrés, desgaste y hasta la aparición de alguna enfermedad? Quizás te estás encontrando, sin saberlo, con un vampiro emocional. Por eso el primer paso es aprender a detectarlos.
En general, los vampiros emocionales suelen haberse convertido en perfectos manipuladores por su baja autoestima o por no saber gestionar sus emociones negativas. Si empiezas a sentirte cansado tras hablar con alguien, o empieza a fatigarte la simple idea de tener que quedar con alguna persona en concreto, es posible que te encuentres ante un vampiro emocional que ya ha empezado a consumir tus energías.
Vampiros emocionales en el trabajo y en tu grupo de amigos
En el trabajo son aquellos a los que, sin saber como, acabarás por hacer su trabajo. Eso sí, la gloria se la llevarán ellos. Te pedirán ayuda, aprovechándose de tu buena voluntad, y luego se darán a la fuga. Lo mejor en estos casos es poner límites entre esa persona y tú pero, sobre todo, aprender a decir no.
Si con alguno de tus amigos sientes que no hay reciprocidad en la relación, no te apoya por como eres y has dejado de confiarle tus secretos seguramente sea porque te encuentras ante un vampiro emocional. Sacan la peor versión de ti y suelen decepcionarte. Lo bueno es que, cuando los descubres, aprecias que es más importante la calidad que la cantidad de amigos que tengas. En estos casos, si vuestra relación es muy importante para ti, puedes intentar hablar con el vampiro emocional para sanearla, aunque siempre es más aconsejable tomar distancia.
Vampiros emocionales en la pareja y en la familia
El típico pariente que comenta si has engordado con sorna, o el que te critica por la ropa que llevas puesta seguramente sean, sin saberlo, vampiros emocionales. También en la pareja estas actitudes pueden llegar a aparecer, junto con una gran dependencia. Lo malo de tener a un vampiro emocional en un ámbito tan íntimo es que es más difícil alejarse.
En estos casos es una buena autodefensa el saber crear límites y hacerte valer. Quizás hablando con ellos de una forma neutral y respetuosa consigas sanear la relación y mejorarla.
¿Cómo protegerse de los vampiros emocionales?
La mejor forma de combatir a los vampiros emocionales es mediante la autodefensa. A continuación, te proponemos algunas ideas para protegerte de estos depredadores emocionales:
- Crea límites y hazte valer, creyendo plenamente en tus convicciones
- Protege tu autoestima y mantente equilibrado ante sus ataques
- Dialogar de forma respetuosa con ellos, haciéndoles ver tu punto de vista
- Aprender a decir no
- No entrar en su juego
- Obtienen poder de los secretos, por lo que es mejor no confiar en ellos
- Muchas veces lo mejor que puedes hacer es ignorarlos y desconectar
Todo esto puede servir, pero al final la mejor opción es tomar distancia de este tipo de personas. Cuando lo haces sientes que, en el fondo, te has quitado un peso de encima.
Libros sobre los vampiros emocionales
Todos somos víctimas y depredadores en algún momento de nuestras vidas, por eso es tan importante conocer el vampirismo emocional. En el mercado hay muchos libros que tratan en profundidad estos temas y que pueden serte de ayuda.
Nosotros te recomendamos “Vampiros emocionales”, escrito por el doctor Bernstein, donde se explica en profundidad qué son los vampiros emocionales y cómo defenderse de ellos. Puedes pinchar aquí para comprarlo en Amazon.
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