La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo contra las infecciones que causan diferentes tipos de microorganismos. Junto a esta se pueden manifestar otra sintomatología, como es el caso de la convulsión febril, un tipo de temblor que llama mucho la atención.
Aunque las convulsiones se dan frecuentemente en adultos con fiebre, esta es más evidente en bebés y niños pequeños. ¿Por qué se producen los temblores por fiebre en niños? Lo cierto es que no hay una causa exacta que nos pueda indicar el motivo.
Cuando se producen las convulsiones febriles hay que actuar de manera adecuada. Te contamos cuáles son los síntomas que la acompañan, qué consecuencias tienen en la salud del enfermo, y lo más importante: cómo tratarlas para acabar con ellas y evitarlas en la medida de lo posible. ¡Así que toma nota!
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✅ ¿Qué son las convulsiones febriles?
Como bien sabrás, la fiebre es el aumento de temperatura del cuerpo por encima de lo normal. Mientras que la temperatura de una persona se suele situar alrededor de los 36-37ºC, se considera fiebre cuando esta sube más allá de 38ºC.
La fiebre no es una enfermedad en sí. Se trata de una señal de que el cuerpo está combatiendo una enfermedad o infección. Al aumentar la temperatura, las bacterias, virus y otros microorganismos patógenos lo tiene mucho más complicado para sobrevivir y reproducirse.
Junto con la fiebre se puede producir todo un despliegue de síntomas como la convulsión febril. Esta consiste en un tipo de temblor muscular derivado del aumento de temperatura por encima de los 38ºC.
Las convulsiones en bebés son frecuentes cuando hay fiebre, siendo más comunes en niños menores de 2 años, y sobre todo en los primeros episodios de fiebre que pueda tener el bebé. A medida que los niños crecen se vuelven menos frecuentes siempre que la temperatura no sea muy elevada.
¿Por qué se producen las convulsiones por fiebre?
Estos temblores en niños parecen muy alarmantes a simple vista. Es normal que los papás nos asustemos, sobre todo por la sintomatología que presentan los pequeños.
Sin embargo, las convulsiones febriles no causan daño cerebral ni tienen efectos negativos a largo plazo. Lo único a tener en cuenta es controlar que la temperatura no suba más allá de los 39-40ºC, ya que esto sí podría tener consecuencias en los niños.
A día de hoy todavía no se conocen las causas de las convulsiones por fiebre. Según estudios recientes, se cree que podrían estar relacionadas con un mecanismo de alarma a nivel cerebral como respuesta al aumento de temperatura.
Estas pueden darse por diferentes motivos en niños y adultos como una infección respiratoria, faringitis, infección del oído o gastrointestinal entre otras. También se sabe que hay factores de riesgo relacionados con la genética, en personas en cuyo historial familiar es habitual sufrir convulsión febril de manera más habitual que la media poblacional.
Síntomas de convulsión febril
Cuando se da una convulsión febril es bastante fácil detectarla. Sin embargo, ante cualquier duda, hay una sintomatología que la acompaña y que nos puede dar una idea de qué es lo que le pasa al paciente.
Entre los síntomas de convulsiones por fiebre más frecuentes destacan:
- Movimientos bruscos en extremidades.
- Gemidos y quejidos
- Respiración irregular.
- Salivación excesiva.
- Ojos en blanco.
- Pérdida momentánea del conocimiento.
Una convulsión febril dura tan solo unos segundos, aunque hay casos excepcionales que puede prolongarse unos minutos. Se dan varias en 24 horas, y las sacudidas afectan a una zona concreta del cuerpo cada vez, centrándose sobre todo en brazos y piernas.
¿Son peligrosas las convulsiones en bebés y niños?
Aunque los episodios de convulsiones son aterradores para quienes atienden al enfermo, en la mayoría de ocasiones no causan ningún daño a nivel neuronal o muscular.
Es muy importante mantener la calma cuando se producen, actuando correctamente para evitar riesgos mayores como puede ser que la persona se golpee al convulsionar o que caiga al suelo.
Solo cuando el episodio de convulsión dura más de 5 minutos, si las sacudidas son excesivamente fuertes, o si el paciente se pone azul por falta de oxigenación, es recomendable llamar a urgencias o acudir inmediatamente el hospital más cercano.
En caso contrario, si la convulsión cursa de manera normal, lo correcto sería medir la temperatura e intentar manejar la fiebre. Para ello, es muy importante consultar con el doctor qué tipo de tratamiento seguir para prevenir un futuro episodio de convulsión febril.
👌 Tratamiento de la convulsión febril
La mayoría de convulsiones por fiebre paran por sí mismas en unos segundos. ¿Cómo actuar cuando una persona pasa por este estado? Estas son las indicaciones a seguir:
- Coloca al paciente de lado sobre una superficie estable y cómoda, donde no pueda caerse o golpearse.
- Afloja la ropa y retira mantas o almohadas que puedan molestar.
- No es recomendable sujetarle con fuerza ni introducir nada en la boca.
- En lugar de ello, es más importante controlar el tiempo de duración de la convulsión usando un cronómetro.
- Mantén la calma y observa la sintomatología para detectar cualquier síntoma de riesgo.
Si el paciente tiene fiebre por encima de los 38ºC es posible que el doctor le recete medicamentos antipiréticos para reducir la temperatura. Hay fármacos que se utilizan de manera exclusiva en la consulta médica para detener convulsiones que duran más de 5 minutos.
Concretamente se trata de fármacos administrados por vía intravenosa como lorazepam o anticonvulsivos. En todo caso, para poder suministrarlos es necesario que el paciente quede bajo supervisión médica hasta recuperar por completo la conciencia y lograr que la fiebre disminuya.
¿Se puede prevenir la convulsión febril?
Algunas personas tienen mayor tendencia que otras a sufrir convulsiones febriles. Sobre todo en niños pequeños que ya hayan pasado anteriormente por un episodio similar, es posible que vuelvan a tener temblores la próxima vez que suba su temperatura.
No siempre se pueden prevenir los temblores musculares. Sin embargo, hay algunas medidas que se pueden tomar antes de que la fiebre aumente hasta el punto de que se dé la temida convulsión:
- Tratamiento médico de la fiebre con medicamentos recetados por el doctor como paracetamol o ibuprofeno.
- Evitar un aumento excesivo de la temperatura manteniendo al paciente fresco, con ropa ligera y en un lugar ventilado.
- Medir constantemente la temperatura y vigilar que esta no aumente en exceso. En caso necesario, es preferible acudir a urgencias para no llegar a una situación extrema.
Debido a que los niños aún no tienen la suficiente madurez en su sistema neuronal, hay mayor probabilidad de que sufran este tipo de sintomatología cuando tienen fiebre.
No dejes que una convulsión febril te lo haga pasar mal. Estos y otros muchos problemas de salud pediátricos tienen fácil tratamiento y prevención, de manera que los más pequeños de la casa sufran sus consecuencias lo menos posible.
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