Quererse y valorarse a uno mismo es un paso muy importante para ser feliz. Sin embargo, al relacionarnos con otras personas, puede aparecer la sensación de complejo de inferioridad, a través de la cuál nos comparamos y nos hacemos de menos.
Experimentar este tipo de sentimientos no es normal, aunque en determinadas ocasiones puede ocurrir. Todos en algún momento nos hemos sentido inseguros e insuficientes, pero esto debería quedar en una situación pasajera, que sea fácil de superar.
No dejes que el complejo de inferioridad marque tu vida de forma negativa. Descubre por qué se produce, cuáles son los síntomas que presenta, y cómo tratarlo de manera segura para superar este bache con éxito. ¡Ya verás como tú también puedes lograrlo!
¡Pincha en lo que más te interese!
✅ ¿Qué es el complejo de inferioridad?
El complejo de inferioridad es un sentimiento negativo que atenaza constantemente nuestros pensamientos. Implica mucho sufrimiento, ya que la persona que lo padece está limitada por su timidez o menosprecio a uno mismo.
Por lo general se sienten por debajo de otras personas, sin que haya razones objetivas para ello. Es habitual sentir que los demás son mejores, que tienen más posibilidades y mejores cualidades.
Viéndolo de manera analítica, es un problema de percepción, ya que los pensamientos no tienen una base verídica. Existe una disociación de la realidad, lo que acaba provocando estrés, depresión, ansiedad y una profunda inseguridad en la persona.
😐 Síntomas de inferioridad
Tener un cierto sentimiento de inferioridad es algo normal en el ser humano. Esto nos crea la necesidad de competir, de luchar por ser mejores, seguir aprendiendo y dar lo mejor de uno mismo.
Pero si esta sensación es constante, y va acompañada de detalles negativos como los celos, pensamientos alarmistas, o culpabilidad, es algo contra lo que debemos luchar.
Los signos más habituales en pacientes diagnosticados de complejo de inferioridad son los siguientes:
- Negatividad continua.
- Pensamientos perturbadores constantes.
- Alejarse de la familia, los amigos o la pareja.
- Sentirse responsable de los errores de otras personas.
- Retraimiento, vergüenza, culpa y derrota.
- Búsqueda de atención.
- Alta sensibilidad ante las críticas.
Aunque estos son sentimientos que se llevan por dentro, hay algunas personas que muestran en su día a día una cara diferente a la que correspondería. Es aquí donde entra en juego el complejo de superioridad.
Ambos conceptos pueden ir de la mano, de forma que la persona que se siente inferior hace ver que en realidad es mejor y siente todo lo contrario. Entonces se dan síntomas como competitividad, culpar a los demás por los errores propios, o críticas constante hacia el otro.
Sería necesario analizar el comportamiento concreto de un paciente para saber exactamente si padece de complejo de inferioridad antes de aplicar el tratamiento más adecuado.
¿Por qué me siento inferior?
Las causas de sentirse inferior de manera patológica pueden ser muchas. Ya lo decía Alfred Adler, el médico y psicoterapeuta que descubrió este problema psicológico. El discípulo de Freud relacionaba la baja autoestima con una educación en la infancia demasiado exigente.
Además de este, hay otros motivos por los que se manifiesta el complejo. Veamos los más comunes:
Predisposición genética
Aunque no está del todo demostrado, hay algunos estudios genéticos que determinan cierta disposición genética a padecer un sentimiento de inferioridad. Este se relaciona con la producción de una hormona, la oxitocina, responsable de las emociones positivas, que en este caso, se sintetizaría en menor cantidad.
Educación en la infancia
Uno de los mayores factores de riesgo es tener un tipo de educación demasiado estricta en la infancia. Los niños que han crecido con altas exigencia y comentarios negativos por parte de sus padres pueden sentirse inferiores que el resto.
Haber vivido en una situación social de menor nivel económico, menos posibilidades de educación o pertenencia a un grupo minoritario, afectan a la sensación de inferioridad. Las desventajas en la sociedad no son beneficiosas para nadie, por lo que es importante luchar contra ellas.
Salud mental
Por último, y aunque hay otros muchos motivos, cabe destacar la presencia de otros problemas de salud mental que de algún modo derivan en inferioridad. La depresión, la ansiedad, el estrés, y enfermedades como la esquizofrenia o pensamientos paranoides aumentan la propensión a desarrollar cierta inferioridad.
👌 ¿Cuándo acudir a un profesional en psicología?
Cuando hablamos de un complejo de inferioridad, se trata de un problema serio que necesita tratamiento. Por supuesto que se puede tratar de manera independiente, siempre con ayuda de los seres queridos y amigos cercanos. Sin embargo, lo mejor es ir a un especialista en salud mental.
Si los sentimientos de inferioridad son constantes, provocan mucho malestar, y afectan a la vida diaria del paciente, no hay que dudas en ir al médico o al psicólogo. Antes de que los síntomas sean más graves, es importante tratar de forma personalizada.
¿Qué podría ocurrir? Algunas complicaciones de este problema mental son las conductas autolesivas o pensamientos suicidas. Esto puede ocurrir más fácilmente de lo que pensamos, aunque hay múltiples soluciones que lo pueden prevenir a tiempo.
Un buen paso es ir a un psicólogo para hacer un primer diagnóstico. Otra alternativa sería ir al médico de cabecera para que te derive a un psiquiatra o psicólogo clínico. Trabajando en conjunto, y con voluntad por parte del paciente, es posible salir victorioso de un complejo de inferioridad grave.
💥 Cómo superar un complejo de inferioridad
¿Cómo puedo superar los sentimientos de inferioridad que marcan mi vida de esta manera? Te damos algunos consejos que te serán de gran ayuda en este arduo proceso:
Aceptación
El primer paso es siempre aceptar que hay un problema de base, para poder atacarlo de manera adecuada. Sería interesante indagar en la raíz, por qué se produce y cómo podemos actuar contra ello.
Una vez que hayas identificado qué cosas te producen malestar y evocan esos pensamientos, te sentirás más fuerte para manejar tu vida. Date tiempo, permítete sentir, pero también piensa en qué es lo que te hace feliz y hacia donde quieres ir.
Alejarse de las malas influencias
En muchas ocasiones, los sentimientos de inferioridad vienen porque hay alguien cerca que nos hace sentir menos. También si hay situaciones que nos sobrepasan, y que sentimos que no podemos controlar.
Si es esto lo que provoca esos sentimientos, es hora de decidir si quieres seguir ahí o marcharte para siempre. Solo se vive una vez, y no merece la pena quedarse en un sitio donde no se es feliz. Deja a esas malas amistades, pon distancia con las personas que no te dejen ser tu mismo, o corta con el estrés para siempre.
Destacar las virtudes
El siguiente paso es pensar qué es lo que te hace ser una persona única. ¿Qué bondades tienes para ofrecer, y por qué mereces tanto la pena? Todo el mundo tiene su lado bueno, y aunque te sientas inferior, seguro que sacarás muchas cosas positivas.
Si no sabes cómo empezar a buscar tus virtudes, busca a un amigo, un familiar o alguien que te quiera, y que te hable de todo lo que le gusta de ti. Busca tanto cualidades físicas como de personalidad, y seguro que será un gran chute de positivismo cuando sepas lo genial que eres a los ojos de los demás.
Relativizar lo negativo
Cosas negativas nos pasan a todos. Cuando los problemas te superan, antes de que los complejos emocionales te hagan daño, párate a pensar si de verdad es tan importante o si puedes dejarlo pasar y olvidarte de ello.
Con la madurez y la experiencia aprendemos a liberar la carga de lo que piensen de nosotros o los posibles comentarios negativos que recibimos. Ya sabes que nadie es perfecto, así que no intentes serlo tú tampoco. Basta con ser la mejor versión de ti mismo, y mientras tanto vivir tu vida de la manera que te apetezca.
Trabajar la autoestima
El último paso, y también el más importante, es construirte tu propia autoestima. Esos sentimientos de amor hacia uno mismo que siempre te han faltado, ahora toca mimarse como nunca.
Valórate como persona, rodéate de gente que te haga bien y te quiera, y busca esos pequeños momentos del día a día que te hacen felices. De eso se trata vivir. Hay tanto a tu alrededor que te hace disfrutar, que seguro que encontrarás tu motivación. Date el tiempo que necesites; sin prisa pero sin pausa. Algún día te darás cuenta de que has llegado a tener una seguridad que ni si quiera te imaginabas.
🙂 Otros consejos para sentirse bien
¿Quieres seguir trabajando tu autoestima para ser una mejor persona y alcanzar la felicidad?
No te pierdas estos otros consejos de gran utilidad que encontrarás en el blog Cuídate con Salud:
- Cómo tener una mente sana y positiva
- 10 Consejos para aumentar la autoestima
- Cómo tener más confianza en uno mismo
- 8 Consejos para cuidar tu salud mental
- Qué es el síndrome de la impostora y cómo superarlo
No dejes que el complejo de inferioridad marque de tu vida. Es posible superarlo si sabes de dónde procede y cómo tratarlo en tu caso particular. En todo caso, buscar ayuda profesional puede ser el mejor empuje para dar el paso que te sacará del pozo en el que te encuentras. ¡No lo dudes!
Este blog utiliza enlaces de afiliación de Amazon y de otras plataformas. Cada vez que compras algo a través de ellos, estás apoyando mi trabajo con un porcentaje.