Los dolores de espalda son cada vez más comunes, y entre ellos destacan las enfermedades reumáticas como la artritis. Un tipo de artritis muy típico es la espondilitis anquilosante, que afecta a la base de la columna.
Es muy importante diagnosticar esta afección a tiempo, ya que puede provocar una pérdida de la movilidad y deformarnos la espalda.
¡Aquí te damos toda la información que necesitas sobre la espondilitis! ¡Causas, síntomas, tratamiento y mucho más!
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¿Qué es la espondilitis?
La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis crónica que afecta a los huesos y articulaciones de la columna. Afecta sobre todo a la base de la columna, la parte que está conectada con la pelvis, así como al cuello y las caderas. También recibe el nombre de espondilitis anquilopoyética.
Al igual que otros tipos de artritis, la espondilitis es el resultado de la inflamación e hinchazón de las vértebras y por eso se considera una enfermedad reumática. Pertenece a la familia de las espondiloartritis, que afecta a una de cada cien personas; a esta familia pertenece también la artritis psoriástica y la artritis reactiva, aunque la espondilitis es mucho más común. Aun así, no hay una clasificación entre diferentes tipos de espondilitis anquilopoyética.
Si no se trata a tiempo, este tipo de espondilitis puede causar una pérdida de movilidad, rigidez y hasta deformidades progresivas en las articulaciones.
Causas de la espondilitis
Realmente no se conocen las causas de la espondilitis anquilosante, aunque se relacionan con genes de tipo hereditario.
Lo que sí es cierto es que afecta a más hombres que a mujeres, lo que complica el diagnóstico en las mujeres. Además, esta enfermedad empieza a mostrarse entre los 20 y los 40 años, aunque hay casos en niños de menos de 10 años.
Síntomas de la espondilitis anquilosante
Los síntomas de la espondilitis se parecen a los de una lumbalgia, sólo que aparece y desaparece. Cuanto más se va haciendo presente la enfermedad, más presente está la lumbalgia.
En general, el dolor de la lumbalgia por espondilitis anquilosante se reconoce por los siguientes factores:
El dolor depende de la hora
La rigidez provocada por la espondilitis será peor durante la noche o por la mañana, ya que es cuando menos activo se está. También es probable que el dolor sea tan grande por la noche que hasta llegue a despertarnos.
Este dolor también nos puede molestar al realizar actividades tan cotidianas como vestirnos, subir y bajar escaleras o levantarnos de la cama. Suele ser un dolor progresivo pero, al ser inflamatorio, mejora al realizar ciertas actividades posturales.
Mejora con el ejercicio
Normalmente la lumbalgia mejora al realizar ciertos tipos de ejercicios suaves, ya que la actividad fortalece la zona de la columna que está afectada.
El dolor comienza en la pelvis
Aunque puede extenderse a otras zonas de la columna, el dolor suele comenzar en las articulaciones sacroilíacas. Estas articulaciones se encuentran entre la pelvis y la columna.
Otras zonas a las que suele extenderse el dolor de la espondilitis anquilosante son:
- Articulaciones del hombro, las rodillas y los tobillos
- Articulaciones del esternón, lo que impide la expansión completa del tórax
- Hinchazón del ojo
Menos flexibilidad
La espondilitis afecta a la flexibilidad de la columna, produciendo una joroba en la espalda. En general, esta artritis puede provocar que se pierda movilidad.
Fatiga
Otro de los síntomas más comunes suele ser la fatiga, así como la fiebre leve y el dolor de cabeza. Esto se suele deber a que el dolor de la columna no deja dormir bien por las noches, así como afecta al movimiento durante el día.
Produce otras afecciones
La espondilitis puede surgir junto a otras afecciones como la psoriasis, la enfermedad de Crohn o la inflamación ocular, tanto crónica como recurrente.
En raras ocasiones se pueden mostrar otras afecciones como un ritmo cardíaco anormal o engrosamientos del tejido pulmonar y de la válvula aórtica del corazón.
Daño de las válvulas cardíacas
La espondilitis anquilosante puede preceder a enfermedades del intestino por el daño que se puede llegar a causar en las válvulas cardíacas. Esto puede provocar una insuficiencia cardíaca, igual que si afecta a los pulmones causa problemas respiratorios.
Pérdida de peso y anemia
No suele ser un síntoma común, pero también puede provocar una pérdida drástica de peso y hasta la aparición de otra afección como la anemia.
Pérdida de visión
Aunque no lo parezca, la inflamación de la columna puede afectar a nuestra vista al inflamarnos los ojos. Es una de las complicaciones más comunes por espondilitis, al inflamarse la úvea presente en el ojo. Además de provocar una pérdida de visión, hace que aumente la sensibilidad a la luz.
Alteraciones en la vejiga
Si la espondilitis llega a afectar a los nervios de la parte baja de la columna, puede provocar alteraciones en la vejiga así como disfunción eréctil.
Fracturas vertebrales
Es menos común, pero este tipo de artritis puede causar ciertos tipos de fracturas vertebrales. Normalmente suelen ser fracturas en el cuello que han surgido sin que haya un traumatismo de gran impacto. Por esta razón, es importante acudir al médico ante la mínima sospecha.
Diagnóstico de la espondilitis anquilosante
Aunque no es complicado averiguar si se padece este tipo de artritis, lo más probable es que el profesional médico decida realizar radiografías de la columna y la pelvis. También es común que se lleven a cabo resonancias magnéticas en estas zonas de la espalda. Estos diagnósticos se llevarán a cabo tras un primer examen físico donde el profesional compruebe el estado de nuestra espalda.
Aunque es menos común, se suelen llevar a cabo otras pruebas para medir otros factores relacionados con la espondilitis, como la tasa de sedimentación eritrocítica o el antígeno HLA-B27, que detecta el gen relacionado con este tipo de artritis. Estos factores se descubren mediante análisis de orina y de sangre.
Tratamiento de la espondilitis anquilosante
El tratamiento más común para cualquier artritis son los antiinflamatorios no esteroides (AINE). Algunos de estos medicamentos necesitan receta médica, pero otros no. Aun así, siempre es mejor consumir aquellos que han sido recetados por un profesional previamente. Uno de los antiinflamatorios más comunes es el Ibuprofeno. También hay que tener en cuenta que cada tratamiento se lleva a cabo de forma personalizada.
Si el dolor y la hinchazón son muy fuertes, es probable que el médico decida optar por otros tratamientos como la terapia con corticoesteroides, sulfasalazina o inhibidores del FNT. Si el caso es muy grave, también puede optar por hacer una cirugía.
En general, también es buena idea realizar algunos ejercicios suaves que ayudan a remitir el dolor de las articulaciones y los huesos. Estos ejercicios deben centrarse en corregir la postura y la respiración.
Por esto, podemos decir que hay diferentes tratamientos para la espondilitis:
Antiinflamatorios y analgésicos
Sirven para aliviar el dolor al reducir la inflamación de las articulaciones. Esto ayuda a evitar molestias nocturnas y mejorar la calidad de vida del afectado.
Sulfasalacina
Este producto ayuda a reducir el dolor en los casos más graves. Modifica la enfermedad, así que no suele mandarse si el dolor es solo en la espalda, ya que puede complicar los resultados finales.
Biológicos
Se trata de ciertos fármacos inhibidores del factor del crecimiento tumoral anti_TNF. Son muy efectivos, haciendo efecto en unas pocas semanas. Hay que tener en cuenta que son fármacos muy fuertes y cada persona reacciona a ellos de forma diferente. Además, producen efectos secundarios. Todo esto hace que sólo se manden en caso de que no funcionen otros tratamientos para la artritis.
Glucocorticoides
Suelen usarse en caso de que hayan fallado otros tratamientos.
Metotrexato
En caso de estar extendiéndose por otras zonas, el metotrexato puede ayudar a detener el dolor en las articulaciones periféricas.
Rehabilitación
Es imprescindible que el médico mande ejercicios de rehabilitación. Esto ayudará a evitar ciertas deformaciones en la columna.
Ciertos deportes que ayudan a la columna son el pilates y la natación, aunque siempre es conveniente consultarlo primero con un profesional.
Cirugía
En casos extremos se puede llevar a cabo una cirugía. Suele realizarse en caso de que se haya perdido movilidad por un daño en las articulaciones.
Aunque todos estos tratamientos ayudan a controlar la enfermedad, no se sabe realmente cuál será el pronóstico. Normalmente se suele funcionar bien, aunque los síntomas pueden reaparecer súbitamente. Cuando la enfermedad remite el paciente puede llevar una vida normal y realizar cualquier actividad sin dolor.
Cómo prevenir la espondilitis anquilosante
Aunque, como explicábamos antes, tiene un factor genético, ciertos hábitos pueden ayudarte a evitar ésta y otros tipos de artritis.
Si quieres mejorar tu calidad de vida, ¡te damos una serie de consejos que te ayudarán tanto si has sufrido espondilitis anteriormente como si quieres evitar tenerla en un futuro!
- Evitar las malas posturas
- No usar fajas que inmovilicen la columna
- No pasar mucho tiempo sentado ni tumbado
- Llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable
- Intentar controlar el peso, ya que el sobrepeso puede complicar esta afección
- No fumar, ya que la función respiratoria es muy importante para controlar el dolor
- Realizar ejercicio diariamente
- Limitar el consumo de alcohol para evitar posibles caídas o lesiones
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