El hígado graso es una enfermedad que afecta al hígado con la acumulación anormal de ácidos grasos y triglicéridos. Esta enfermedad viene dada por unos malos hábitos alimentarios e higiénico-sanitarios, que en muchos de los casos puede derivar en cirrosis hepática si no se sigue el tratamiento adecuado o no se detecta el problema a tiempo.
El higado graso es también conocido por esteatosis hepática, y suele ir acompañado de una serie de síntomas que nos ayudan a detectarlo en casa incluso antes de hacer las pruebas pertinentes. Así que si crees que tú también podrías tenerlo, solo hay que atender a las llamadas de socorro de tu hígado.
Vamos a ver qué es exactamente el hígado graso, cuáles son las principales causas de su aparición, los síntomas más comunes, y lo más importante: qué tratamiento hay que seguir para eliminar la grasa en el hígado acumulada. Toma nota de todos los detalles, porque cuanto más precoz sea el diagnóstico, mejores previsiones tienen los pacientes afectados.
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¿Qué es el hígado?
El hígado es un órgano de color marrón oscuro, situado en la parte superior derecha del abdómen, justo alrededor del estómago, entre éste y el diafragma, y cubriendo también el riñón derecho y parte de los intestinos.
Este órgano está formado por dos lóbulos principales, que a su vez se dividen en pequeños lubilillos que participan como unidades funcionales para las muchas actividades que desarrolla este órgano en el cuerpo humano.
Recibe sangre a través de la arteria hepática, una de las más importantes a nivel abdominal, y a través de la vena porta que pasa después por el intestino.
Funciones del hígado
Las funciones del hígado son muchas y muy importantes. Es uno de los órganos sin los que el ser humano no podría vivir, aunque también tiene la característica de ser uno de los que mejor se recupera de los daños que sufre.
Entre las principales funciones destacan:
- Metabolismo de los compuestos nitrogenados. Síntesis de proteínas, catabolismo de los aminoácidos, y producción de urea entre otras actividades.
- Metabolismo de los carbohidratos. Síntesis y almacenamiento de glucógeno, almacén y liberación de azúcar controlando sus niveles en sangre, y otras actividades metabólicas.
- Metabolismo de las grasas. Síntesis de ácidos grasos, síntesis y catabolismo de colesterol y ácidos biliares, y almacén de grasas.
- Almacén de hierro y vitaminas.
- Secreción de bilis
- Síntesis de grupo hemo.
- Descomposición de hormonas, productos químicos, eliminación de impurezas y procesamiento del alcohol.
¿Qué es el hígado graso?
Como ya hemos visto, una de las funciones del hígado es la de almacenar pequeñas cantidades de grasa (aproximadamente un 10% de su peso total), para poder usarla en caso necesario para la obtención de energía. Pero cuando esta acumulación de grasa es mayor de lo normal, estamos hablando de la esteatosis hepática, o de una acumulación inadecuada de grasa en el higado.
Éste se presenta como una acumulación de grasa en forma de gotas en el interior de los hepatocitos, las células que conforman el tejido hepático, con un tamaño mucho mayor de lo normal, o con una mayor número de gotas de menor tamaño dentro de la misma célula. Esto ocurre cuando el órgano no puede eliminar la grasa que va acumulando, y al final se ve saturado con tanta cantidad de estos compuestos.
La esteatosis hepática llega a ser una enfermedad grave cuando el hígado adquiere un tamaño más grande de lo normal, en caso de hepatomegalia, o cuando se inflama demasiado o está agrandado, denominado hepatitis. Según el estado de la enfermedad, podemos hablar de una esteatosis de grado 1 ó 2, cuando aún no hay daños graves, el hígado tiene un tamaño aún pequeño y no hay inflamación. Pero si el estado empeora, la esteatosis sube de nivel, y la gravedad es mucho mayor.
Si llegamos a un grado por encima de 2, el problema puede desencadenar una cirrosis de forma crónica, o incluso un cáncer de hígado, limitando las funciones normales de este órgano, y dañando la salud general del paciente.
Tipos de hígado graso
Hígado graso no alcohólico
Puede estar ocasionado por factores muy diversos, como pueden ser la diabetes, problemas de hipertensión, obesidad, y otros problemas de estilo de vida y alimentación inadecuados.
Si las funciones del órgano aún no están afectadas, el paciente se diagnostica de hígado graso simple, cuando los tejidos aún no tienen daño severo. Pero si las células ya están dañadas y tienen algún tipo de inflamación, se denomina esteatosis hepática como tal, que puede derivar en daños permanentes.
Hígado graso alcohólico
Debido a que el hígado es el órgano de nuestro cuerpo que se encarga de metabolizar y eliminar el alcohol, si lo forzamos demasiado, podemos llegar a dañarlo. El consumo de alcohol puede dañar e inflamar el hígado, provocando la acumulación de grasa de forma incontrolada.
Los síntomas de hígado graso son los primeros que aparecen, desarrollándose poco a poco una hepatitis alcohólica, hasta llegar a cirrosis y daños muy graves.
Causas del hígado graso
El hígado graso suele estar ocasionado en la mayoría de los pacientes por el consumo de determinados alimentos y sustancias, que dañan de forma directa al hígado.
Algunas de las más frecuentes son:
Obesidad
Es una de las principales causas en la actualidad de la esteatosis hepática, debido al aumento de personas que tienen sobrepeso y obesidad en todo el mundo, por seguir una dieta inadecuada. Se ha visto que el exceso de peso es un factor que eleva el riesgo de tener grasa en el hígado, aunque no siempre van de la mano.
Pérdida de peso incontrolada
Pero no solo el exceso de peso puede producir el higado graso no alcoholico, sino también todo lo contrario. En personas que tienen desnutrición, o que han seguido una dieta inadecuada para perder peso de forma rápida, el hígado responde acumulando más cantidad de grasa en previsión de un periodo de ayuno prolongado.
Es una forma de defensa del propio cuerpo, acostumbrado a un consumo elevado de nutrientes, que de repente siente que el aporte se ve mermado. Para evitar que en la pérdida de peso ocurra este, es muy importante seguir una dieta sana y controlada.
Diabetes
El descontrol de la glucemia causado por la diabetes, puede ser una causa de acumulación de grasa hepática. Es muy común sobre todo en la diabetes tipo 2 en la que los pacientes no tienen un control externo.
Hipercolesterolemia
El colesterol alto va siempre relacionado con un exceso de triglicéridos en sangre, que se acaban por acumular en el hígado, debido que este órgano es responsable de eliminarlo de la sangre cuando el nivel es muy alto.
Alcoholismo
La grasa en higado es muy común en personas que sufren de alcoholismo. El hígado comienza a fallar en sus funciones, y debido a esto, la acumulación de grasas se hace de forma descontrolada.
Medicamentos
Se ha visto también que la toma de algunos medicamentos pueden dañar el hígado al mismo nivel que el alcoholismo. Algunos de los más frecuentes son los estrógenos, los corticoides, y los antirretrovirales recetados en tratamientos contra el SIDA.
Síntomas de hígado graso
Si viéramos el hígado desde dentro de nuestro cuerpo, podríamos detectar fácilmente que tiene una acumulación de grasa fuera de lo normal. Pero, ¿cómo podemos darnos cuenta desde fuera?
Incluso antes de hacer el diagnóstico de esta enfermedad, hay algunos síntomas que nos pueden ayudar a detectar el hígado graso en sus primeros niveles.
Cuanto antes lo detectemos y actuemos, más fácil será tratarlo y que nuestro hígado vuelta a la normalidad. Los síntomas a los que debemos prestar atención son los siguientes:
- Dolor en la parte superior derecha del estómago
- Malestar y cansancio crónicos
- Pérdida de peso inexplicable
- Sensación de cansancio y pesadez
- Ictericia (colo amarillento en la piel y ojos) en los casos más graves
Diagnóstico del hígado graso
En ocasiones, el diagnóstico del hígado graso se hace cuando aparecen valores anormales en una analítica sanguínea de rigor. Cuando las transaminasas son más altas de lo normal, el doctor recomendará repetir el examen al paciente para saber con certeza si el hígado tiene o no un funcionamiento normal.
Si además de ello, se detectan otros problemas como dolor abdominal o color amarillento en la piel, siempre se recomienda hacer las pruebas necesarias para hacer un diagnóstico temprano de cualquier caso de esteatosis del hígado.
Tratamiento del hígado graso
El tratamiento para este problema dependerá de la gravedad y de la causa. Hoy en día no hay solo un tratamiento para el hígado graso, por lo que es muy importante que el doctor haga uno personalizado para cada paciente.
El primer paso es siempre dejar de tomar alcohol por completo, tanto si se trata de un hígado graso alcohólico o no. Si se trata de un problema derivado del alcoholismo, en ocasiones dejar esta práctica es más que suficiente para reducir la grasa acumulada en el hígado.
De la misma forma, si esta enfermedad está causada por la toma de alguna medicación, el médico podrá determinar si se debe detener o cambiar el tratamiento.
En el caso de que el problema haya derivado en cirrosis o inflamación, sí que será necesario un tratamiento específico, y en los casos más graves, también una intervención quirúrgica para tratar al paciente, e incluso recurrir al transplante de hígado.
Dieta para hígado graso
Para tratar el hígado graso, es muy importante seguir una dieta sana y equilibrada, exenta de grasas y azúcares refinados, y rica en frutas, verduras, legumbres y proteínas de alto valor biológico.
Las infusiones depurativas son también excelente remedios naturales para que el hígado se recupere antes. Por ejemplo, la infusión de alcachofa o de diente de león, que puedes hacer en casa y tomarla a diario.
El cardo mariano es un protector del hígado natural, que ayuda en la regeneración de las células del hígado cuando se están recuperando del daño. Puedes incluir suplementos de cardo mariano con tu dieta sana, bebiendo mucha agua al día y practicando ejercicio físico diario, para mantener la salud y acabar antes con los problemas de hígado graso.
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